El toque de oro del Rey Midas: una lección sobre la avaricia en la mitología griega

El Rey Midas y El Toque de Oro


Dionisio no encontraba a su fiel compañero de borracheras, Sileno era su nombre, él también fue maestro y padre adoptivo del dios. Sileno era un sabio pero era cuando estaba alcoholizado que pronunciaba sus mejores lecciones además de adquirir el poder de la profecía.

 

El viejo sabio fue encontrado por campesinos y llevado al rey Midas, éste lo reconoció inmediatamente y lo recibió con toda la hospitalidad posible fueron días de borracheras y banquetes en honor a la industria anfitrión. El dios Dionisio está muy satisfecho de encontrar a su viejo compañero tan bien tratado y decide realizar cualquier cosa que en vidas desee, el ambicioso Midas actúa rápidamente y elige su pedido: “Deseo que todo lo que toca se convierte en oro”.

 

-“Estás seguro de eso”

 

-“Sí por supuesto, seré el hombre más rico que haya existido”. 

 

Dionisio realiza su deseo como prometió pero siente pesar por Midas no haber hecho una mejor elección. Midas ansioso para aprobar su nuevo talento cogió una pequeña piedra que estaba en el suelo y ésta se transformó inmediatamente en una pepita de oro, eufórico Midas pasa a tocar en varias cosas y todo pasaba a reflejar el dorado color del noble metal.

 

En cierto momento Midas siente hambre y decide comer una manzana, al tocar la fruta ella pasa a ser una copia de los pomos de oro de los jardines de las hespérides. Midas intenta un nuevo enfoque, él toma un tenedor que instantáneamente queda dorado y pincha un pedazo de pan, el rey lleva el tenedor a la boca y al intentar morder siente su diente trincar, el pan también se había vuelto oro, intenta tomar una copa de vino pero el vino se convierte en oro líquido, el rey se da cuenta de que lo que creyó que se trataba de un gran regalo se había convertido en una maldición. 

 

Midas siente que su fin será inevitable ya que morirá rápidamente sin comida o bebida y cae en lágrimas sobre la mesa, la hija del rey llega al palacio y ve a su padre llorando sobre la mesa para ofrecerle consuelo ella toca su mano, Midas mira horrorizado al ver a su hija convertirse en una estatua de oro, desesperado él se arrodilla y súplica para que Dionisio le quite tan nefasto poder, el dios se compadece de Midas ya que no tenía ninguna intención de hacer ningún mal a él y a su hija.

 

Dionisio pide que el rey se bañe en las aguas del río Pactolo y dentro del agua que se quite el poder de su toque. Midas salta en el río el lecho del río pasa a ser cubierto por una arena dorada y las escamas de los peces también pasan a relucir como oro, el rey está libre de la maldición y todo lo que toco también vuelve a la normalidad incluyendo a su hija. 

 

Después de este trauma Midas repudia toda y cualquier riqueza y parte en compañía de pan para vivir en los campos y los bosques de manera simple y humilde.