La diosa era hija de los titanes Cronos y había sido liberada por Zeus de la barriga de su padre y enviada lejos de allí, ya que su madre temía la venganza de Cronos sobre su hija favorita. Era fue escondida en los jardines de las Hespérides y criada por las propias diosas Hespérides, que eran tres hermanas diosas primaverales.
El jardín era considerado uno de los lugares más bellos de la tierra y era conocido por su huerto donde crecían manzanas de oro. Era se convirtió cada día en una diosa aún más bella. Zeus terminó enamorándose de ella cuando la veía jugando moldeando las nubes y así percibió que sería una esposa perfecta para el rey de los cielos.
Era pasó a ser la diosa del matrimonio, de la maternidad y de la fidelidad. La fiesta de boda fue grandiosa: hubo un gran banquete y entre los invitados ilustres estaban casi todas las divinidades. Ningún invitado tuvo la audacia de negarse a ir a la boda del dios del universo, a no ser la ninfa Lona, conocida por su pereza. Ésta estaba bastante retrasada. Hermes, el dios mensajero, fue el responsable de entregar las invitaciones y, por temer ser responsabilizado por la ausencia de la invitada, fue a ver qué estaba pasando.
Al llegar a la casa de la ninfa, ésta se encontraba durmiendo. Hermes le pregunta el motivo para no estar en la fiesta y la ninfa responde que ya irá y que él no tiene por qué preocuparse. El dios ligero vuelve rápidamente a la fiesta mientras que Lona decide dormir solo unos cinco minutos más. Más tarde, ella despierta y lentamente se dirige a la fiesta, dando un paso más lento que el otro. Su pereza era colosal; prefería estar en su cama en aquel momento.
En medio del camino, se encuentra con los invitados ya saliendo de la fiesta y, por eso, decide volver a casa, pensando que probablemente la fiesta ya habría terminado y ella no quería cansarse. Como Hermes predijo, acabó siendo responsabilizado de la ausencia de la ninfa. Ni Zeus ni Era creyeron que Lona sería capaz de tal insolencia. Enfurecido por llevar la culpa, Hermes vuelve a casa de la ninfa perezosa que quedaba al lado de un pequeño lago. Agarra a la ninfa y la tira en el lago.